El miércoles 29 de mayo recibimos la fatal noticia del fallecimiento de
la profesora Rosa Oria Pino. Daba clases de Latín, Lengua y Griego en
nuestro centro desde hacía varios años. Ha sido un mazazo para sus
alumnos y sus compañeros. No la olvidamos. Vaya
como homenaje este texto de Gabriel García Márquez, Premio Nobel de
Literatura, titulado "La muerte de la rosa".
Murió de mal de aroma
rosa idéntica, exacta.
Subsistió a su belleza,
sucumbió a su fragancia.
No tuvo nombre: acaso
la llamarían Rosaura,
o Rosa-fina, o Rosa
del amor o Rosalía,
o simplemente: Rosa,
como la nombra el agua.
Más le hubiera valido
ser siempreviva, Dalia,
pensamiento con luna
como un ramo de acacia.
Pero ella será eterna:
fue rosa y eso basta.
Dios le guarde en su reino
a la diestra del alba.
rosa idéntica, exacta.
Subsistió a su belleza,
sucumbió a su fragancia.
No tuvo nombre: acaso
la llamarían Rosaura,
o Rosa-fina, o Rosa
del amor o Rosalía,
o simplemente: Rosa,
como la nombra el agua.
Más le hubiera valido
ser siempreviva, Dalia,
pensamiento con luna
como un ramo de acacia.
Pero ella será eterna:
fue rosa y eso basta.
Dios le guarde en su reino
a la diestra del alba.
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