NUESTRA BIBLIOTECA

Sesenta metros cuadrados, a ojo de buen cubero, casi una decena de amplias mesas rectangulares, verde en el tapizado de asientos, ocre en mobiliario y cortinajes. Escueta descripción del espacio en el que reposan volúmenes, ejemplares o cualesquiera sinónimos que sirvan para referirnos a ese invento al que le quedan aun muchas décadas de vida: LIBROS,
Como en toda sala de lectura que se precie de serlo encontraremos material impreso de diferentes tipos, además de en varias lenguas: desde los que permanecen eternamente allí -diccionarios, enciclopedias, manuales se han llamado siempre- hasta los que tienen permiso – y necesidad -para ser prestados: las lecturas obligatorias de aula, por ejemplo, o la numerosísima tropa que reposa en sus estanterías, no toda con igual fortuna: esos clásicos que aplazamos hasta que sean cumplidos unos añitos más o lleguen una largas vacaciones; alguna que otra colección donada por particulares; investigaciones universitarias que aclaran asuntos académicos discutidos en los Departamentos, … y puede que otra sorpresa más.
Pero no adelantemos información sobre este último grupo. En el apartado “Había una vez” dedicaremos breves reseñas a esas joyas ocultas en nuestra biblioteca.

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